La
disposición emocional de los alumnos determina su habilidad para aprender” decía
Platón hace 2.000 años, desde entonces hemos recorrido un largo camino, pero
tenemos que mejorar nuestra capacidad de manejar adecuadamente las emociones y
enseñar a nuestros alumnos a mejorar también.
La
inteligencia emocional es un conjunto de destrezas y habilidades que determinan
la conducta y el aprendizaje, porque somos capaces de reconocer nuestros
propios sentimientos y el porqué de nuestras emociones, eso proporciona un
autocontrol personal que es muy valioso a la hora de aprender cualquier
materia.
Las
personas que manejan adecuadamente sus sentimientos saben relacionarse mejor con los demás y disfrutan
de una mejor situación para enfrentarse
a todos los aspectos de la vida.
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