Enseñar a
niños siempre es fascinante y todo un reto, es importante antes de comenzar a
enseñar: observarles cómo actúan y lo que dicen, para enfocar la clase de
acuerdo a su propia personalidad.
La
principal preocupación del profesor no puede ser completar el programa o
syllabus, lo prioritario es: motivar, divertir y entretener.
Es muy
importante conseguir centrar su atención y hablarles en su propio idioma, con
un vocabulario apropiado. Teniendo en cuenta que los niños tienen sus propias
preferencias, ideas y puntos de vista y les gusta que se les pregunte su
opinión, con respecto a alguna situación o juego. Si se les trata como personas
con opinión propia responden como tales y no como niños, hay que conseguir que
se impliquen en proponer ideas, para que así estén más motivados.
Es mucho más
fácil enseñar con dibujos y con fichas, sin las palabras escritas, para que
tengan que asociar la imagen que ellos tienen de una palabra a la imagen y
evitar que traduzcan.
Este
proceso es más fácil para un niño que
para un adulto evitar traducir y así el proceso de hablar se realiza por
asociación de ideas, como en nuestro propio idioma.
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