Las nuevas generaciones, educadas en
los videojuegos y pegadas a las pantallas de video, desarrollan algunas
habilidades que no existían en generaciones anteriores.
El hecho de que el jugador se tenga que
mantener concentrado, le ayuda a desarrollar esa habilidad y a ser capaz de
concentrarse durante más tiempo que otros alumnos que no los utilizan.
El cerebro aprende y recuerda mejor
todo tipo de conocimientos, cuanto más intensa es la concentración.
La necesidad de cooperar y
coordinarse con otros jugadores, hace que se establezca un escenario para ser más
sociable.
Los niños que utilizan estos juegos
que requieren cooperación se muestran más colaboradores en su vida cotidiana y
sientan las bases para poder trabajar en equipo en el futuro.
Se recomienda controlar el tipo de
juegos que utilizan y que el tiempo de juego no les aparte de otro tipo de
actividades, como el deporte.